lunes, 5 de enero de 2015

Segundo día en Budapest

Castillo de Vajdahunyad
Como dicen en mi tierra: bendita cruz que estoy cargando! La resaca estuvo intensa, nos levantamos como a las 10 de la mañana, el viaje debe continuar, tomamos el metro con rumbo a la estación Mexikoi para regresar caminando al centro. Primero pasamos frente a los baños termales más famosos de Budapest (nos hubieran quedado como anillo al dedo!) pero no pasamos, continuamos hacia el Castillo de Vajdahunyad, alrededor del cual se encontraban muchísimos puestos de comida y sí que teníamos hambre! 
Plaza de los héroes
Entre oca, ganso, puerco y col, desayunamos como reyes a un precio inigualable, ya un poco más repuestos dimos una vuelta por los jardines, que por la época otoñal le daban un colorido muy bello, además el ambiente navideño ya se estaba sintiendo lo que le dio ese "toque" especial. Al salir del castillo caminamos hacia la plaza de los héroes, un emblema de la Ciudad, monumentos muy bien distribuidos de un color verde interesante.
Ópera de Budapest
Posteriormente caminamos por toda la avenida Andrassy, realmente vale la pena recorrerla tranquilamente, las casas, embajadas y demás edificios te relajan. Al terminarla nos dirigimos hacia el parlamento, uno de los edificios más bellos que he visto, como el tour en español era hasta las 4 pm decidimos cruzar el Danubio para tomarnos la foto grupal y nos tomó cerca de 1 hora pero valió la pena.
Escalera principal del Parlamento
La entrada al parlamento cuesta 4000 florines, 2000 si tienes pasaporte de la Unión Europea y vale mucho la pena pagarlo, el edificio es hermoso también por dentro. Lo recomiendo mucho.
Salimos ya de noche y fuimos a la Catedral, al entrar te hipnotiza la majestuosidad de la decoración interna, además al haber misa, la experiencia fue completa. Producto de la cerveza del día anterior el hambre nos atacó de nuevo y fuimos a comer a un restaurante que nos recomendó la guía del día anterior: Kisharang étkezde. Precios muy accesibles  (alrededor de 2000 florines ) y comida típica riquísima!

Ya con las pilas recargadas nos animamos a ir a otro ruin pub, este más tranquilo que el de la noche anterior, tomamos unas cervezas y nos regresamos al hostal, un poco tristes porque este día nos despediríamos y a partir de mañana solamente quedaríamos dos.

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