Este día tenía planeado ir desde
Nagoya a Nikko (un viaje muy largo) y de hecho ya tenía comprados los boletos
(ventaja de tener el JR Pass, no pasa nada si pierdes los boletos!), pero
estaba tan cómodo en el hotel que decidí descansar, desayunar helado y café
(gratis en el hotel jejeje) y visitar la ciudad de Nagoya.
Al fondo el Museo de la Ciencia de Nagoya
Salí alrededor de
las 11 am con rumbo al Osu Kanon. En el camino me encontré con el parque
Shirakawa, donde se encuentra el Museo de la Ciencia y el Museo de arte de
Nagoya, un lugar muy bonito y escénico! Aunque no me detuve en los museos me
gustó pasar por ahí.
Osu Kanon y el Matsuri
Posteriormente llegue al Osu
Kanon, un templo que fue construido primero en la Prefectura de Gifu y mudado a
Nagoya en 1612, como su nombre lo dice, adoran a la diosa Kanon y tuve la
suerte de estar durante el Matsuri, hubo festivales de tambores, desfiles y
ceremonias religiosas, fue muy bello todo lo que vi, escuche y olí.
Jardín Tokugawa
Posteriormente me fui caminando
al Jardín Tokugawa, toda una maravilla, hay varias entradas dependiendo si
quieres entrar sólo a los jardines o incluyendo el museo, yo estaba con ganas
de visitar únicamente los jardines pues no andaba de humor para museos y debo
decir que quedé encantado, caminar por los senderos entre los árboles,
escuchando el sonido de las aves y el agua corriendo, juntando el aire fresco y
viendo toda clase de flores fue una de las experiencias más lindas de mi
estancia en Japón. La entrada sola fue de 300 Y, aunque me doy cuenta de que
puedes comprar un boleto mixto para también entrar al Castillo de Nagoya por
640 Y. Si quieres entrar también al museo es de 1350 Y (creo que por eso no
tenía “ganas” de entrar jejeje)
Aquí me pasó otra cosa que sólo en Japón se solucionaría, al salir del jardín decidí descansar en una banca y me puse a ver mis fotos en la cámara, me paré, caminé alrededor de 20 minutos y me di cuenta que la había olvidado, me regresé corriendo (bueno lo intenté) y al llegar ahí estaba mi cámara, había gente al rededor y ni siquiera se les ocurrió agarrarla, en serio que esta cultura es de otro mundo.
Castillo de Nagoya
El último punto de mi recorrido fue
el Castillo de Nagoya, la entrada cuesta 500 Y, debo decir que no es tan bonito
como el castillo de Osaka, pero tiene su encanto, dentro hay un museo que narra
su historia y la de la ciudad. Lo bonito de este lugar a parte del gran jardín
que lo rodea, no es el castillo si no el Honmaru Goten (palacio) el cual tiene
tatami y varias pinturas sobre las paredes “HERMOSíSIMAS!!!” en serio que es
uno de los lugares más bonitos que visité de Japón y si tienes tiempo lo
recomiendo muchísimo. Actualmente sigue en reconstrucción (pero si te permiten
entrar) hasta el 2018 se terminará la obra. Pondré una foto de la red, porque las de mi celular apestan.
Honmaru Goten
Terminando mi recorrido me fui caminando
hasta la estación de tren para tomar mi Shinkansen para ir de regreso a Tokio.
De ahí tomé el metro a Akihabara pues ansiaba conocerla de noche! Y es una
locura! Todos los letreros de neón prendidos, los sonidos de las máquinas y los
puestos, amé todo ese caos tan ordenado (totalmente japonés).
Akihabara de noche
De ahí me fui
caminando a mi nuevo hostal, a través de los barrios habitacionales de Tokio,
nunca pero nunca me había sentido tan seguro caminando en la noche en
callejones oscuros, amo caminar de noche y amé caminar en Tokio de noche, me
recordó a muchos ánimes jejeje. En fin, llegué al Kao San Origami y me dieron mi
habitación compartida para 8 personas por 3,200 Y la noche, me bañé me
comuniqué con mi familia y a dormir.
De Nagoya tomé el Shinkansen que
me llevaría a Hiroshima y de ahí el metro para ir a la estación Miyajimaguchi y
posteriormente el ferry (todo incluido en el JR pass) para llegar a la isla de
Itsukushima. En el ferry se puede tomar una de las fotos más emblemáticas de
Japón, la Torii flotante (la cual se me perdió junto con mi cámara) pero aquí les dejo una que saqué de internet.
Aquí comí una brocheta de pulpo
por 150 yenes y comencé mi recorrido por la Isla. El primer punto fue el templo
de Itsukushima, este templo, al igual que la Torii está construido sobre
pilotes que lo elevan por arriba del mar, con marea baja se alcanza a ver la
arena y se puede caminar hasta la Torii, me tocó presenciar una boda en este
templo. Me gustó mucho, la entrada cuesta 300 yenes y vale la pena pagarlos.
Mi desayuno-comida
El siguiente destino fue el Salón
Senjokaku el cual se encuentra subiendo unas escaleras casi a la entrada del
Templo de Itsukushima. Para entrar te cobran 100 Y, dejas tus zapatos y caminas
sobre la duela, aquí se encuentran muchas pinturas originales. De aquí me dirigí hacia el templo
Daisho-in, el cual se encuentra en las faldas del monte Misen y es uno de los
más importantes del Budismo Shingon, aquí se encuentran muchas estatuas de buda
con gorritos de tela muy interesantes, la entrada es gratis. En esta isla
también te encuentras con varios venados que caminan junto al hombre como si
nada.
Templo Daisho-in
Para continuar decidí subir al
Monte Misen, hay varias opciones y leí que la ruta que sube por el templo
Daisho-in (que fue la que tomé) es la que tiene los paisajes más bellos, además
existe un teleférico que te lleva casi hasta la cima. La caminata es muy bella,
no es tan difícil y te tardas poco más de una hora para llegar a la cima. Algo que
me dio algo de miedo es la cantidad tan grande de anuncios que hablan a cerca
de mordedura de serpiente, si pasa llamar a emergencias (y uno sin señal en el
celular!) en fin no pasó nada malo. En la cima te encuentras con el
observatorio Shishi-Iwa que es de donde se aprecia en todo su esplendor la
isla. Además puedes visitar el templo del amor (Reikado o de la flama espiritual)
y el Misen Hondo.
Desde la cima del monte Misen
Al llegar a la cima ya me estaban
temblando las piernas de lo cansado así que decidí regresar en funicular el
cual se encuentra a 100 metros (de altura) menos que la cima, así que aunque
tomes el teleférico tendrás que caminar. Este se divide en dos estaciones y te
cobran 1000 Y para utilizarlos (1800Y ida y vuelta). Así terminé mi visita a
esta bella isla.
Castillo de Hiroshima
Tomé el ferry de regreso, tome el
metro y me bajé en la estación Hakushima, de ahí caminé por la calle hasta
pasar por el Castillo de Hiroshima, al cual no me animé a entrar porque fue
destruido durante la segunda guerra mundial. Continué hasta llegar al Monumento
de la Paz de Hiroshima, el domo de la Bomba A (A-Bomb dome) el cual
anteriormente fue el edificio de promoción industrial de la prefectura y fue
uno de las pocas edificaciones que se mantuvieron en pie después de la
explosión de la bomba atómica.
Monumento a la Paz
Me quedé ahí mucho tiempo, esperé
a que anocheciera, solamente pensando, mucho, a cerca de todo y nada, fue uno
de esos momentos viajeros que siempre recordaré. Caminé en la noche rumbo a la
estación disfrutando del río y el paisaje urbano. Al llegar a la estación (como
faltaba media hora) me decidí a buscar un espacio para fumar, encontré un
letrero grande de no fumar pero todos
estaban fumando! La primera vez que veo que algo así pasa en Japón, y como dice
el dicho, a donde fueres haz lo que vieres…
Al llegar a Nagoya regresé al
hostal para ver si tenían lugar (no había reservado y en la mañana me dijeron
que regresara en la noche) no había, me la pasé cerca de una hora buscando
alojamiento, con lluvia y todo, no había nada. Hasta busqué en los café
internet con cama, todo lleno! Decidí buscar un hotel de negocios para
descansar bien por primera vez en el viaje y encontré el “Calm” Bussines hotel,
por 7000 yenes!!! Mucho más de lo que había estado pagando pero lo desquité, te
dan una sopa instantánea y todo el helado que quieras! En fin me bañé, cené
(puros dulces y helado) y me metí a la cama que estaba deliciosa.
Este fue el día más difícil en la
planificación del viaje pues no encontré alojamiento en Takayama, en época del festival de otoño (Takayama Matsuri) es casi imposible si no reservas con 6 meses de
anticipación, los lugares que quedaban estaban carísimos y bastante lejos del
centro (kilómetros), así que si quería ver el festival, tendría que ir y venir
en el mismo día, eso hice. El día anterior reservé mi boleto para ir en
Shinkansen a Nagoya y de ahí tomar el tren panorámico que me llevaría a
Takayama.
Este fue mi primer viaje en
Shinkansen, el JR Pass incluye los trenes bala excepto el Nozomi que es el que
menos paradas hace y llega más rápido, pero la diferencia entre ese y el Sakura
o el Hikari realmente no es mucha. Te dan el número de asiento y al ser la primera
vez la velocidad la sentí un poco incómoda pero te acostumbras rápido. El
siguiente tren ya no tenía asientos reservados pues al ser el festival los
japoneses son muy organizados y compran con mucha anticipación, tenía duda de
cómo era la dinámica de los asientos no reservados. La cosa está así, el que
llega primero al asiento se sienta… Y ya! Jejeje como yo me subí en Nagoya el
tren iba vacío y sin dificultad tuve mi asiento, poco a poco el tren se fue
llenando y mucha gente le tocó parada. El paisaje es muy bello y vale la pena
sentarse junto a la ventana.
Interior del Takayama Jinya
Llegué a Takayama alrededor de
las 10 am y me dirigí al Takayama Jinya, el cual fue la sede del gobierno de la
prefectura. Es muy bello el recorrido con las paredes de papel y los tatamis,
me gustó bastante y lo recomiendo, al final puedes encontrar un sello para tu pasaporte
(yo lo pongo en mi pasaporte viejito). La entrada cuesta 430 yenes.
Pueblo antiguo
Posteriormente me fui caminando
por el pueblo antiguo, lleno de casitas tradicionales muy muy bellas, hasta que
me encontré un Family Mart y me compré 3 onigiris (mi comida del día jejeje), que por cierto son muy
baratos y si viajas con bajo presupuesto son la opción pues son llenadores.
Me gasté como 350 Y por los 3!!
Caminé hasta el templo llamado
Sakurayama Hachiman-gû que es donde inicia el Matsuri. El pasillo que lleva al
templo está rodeado de carros alegóricos muy hermosos. Para entrar al templo
necesitas esperar turnos. Dentro del templo se realizan varias ceremonias que
inician desde niños de alrededor de 3 años hasta ancianos, pura cultura, me
encantó.
Rumbo al Sakurayama
A la 1 pm inicia la “Procesión
Mikoshi” que es cuando los carros alegóricos recorren el pueblo y el Mikoshi
contiene a la deidad del templo Sakurayama. Yo esperaba algo mucho más
estrambótico, pero fue muy solemne. Al terminar el desfile, decidí descansar un
rato y en la parte posterior del templo puedes subir unas callecitas e
internarte en un parque solitario en el cual puedes reflexionar mucho, estaba
en un estado tan increíble que me quedé ahí durante horas.
Mi parque para reflexionar
Bajé para ir a los numerosos
puestos callejeros que se encuentran a lo largo del río donde puedes consumir
muchas golosinas. A las 6:00 pm Inicia el recorrido nocturno y ahí es donde se
vive la magia pues todos los carros se llenan de luz, se escucha la música
tradicional en fin, ese si me encantó. Si visitan Japón por esas fechas o en
abril recomiendo mucho que incluyan Takayama en su itinerario.
Media hora después con la oscuridad se ve hermoso
A las 20:00 hrs abordé el tren de
regreso, ahora me quedaría en Nagoya. Aquí me pasó algo que me hizo amar la
cultura japonesa. Como ya venía muy cansado estaba revisando los boletos que
adquirí para el día siguiente ir a Hiroshima pero me quedé dormido, me desperté
en Nagoya y me dirigí al hostal, al llegar e intentar pagar me di cuenta que no
traía la cartera, me desesperé y el recepcionista del hostal me dijo que no me
preocupara, marcó a la estación, me hizo unas preguntas respecto a las
características de la cartera y me dijo: que mañana pases por ella a la
estación, alguien la devolvió… Increíble
la cultura japonesa.
Me hospede en el Guest House
Wasabi Nagoya por 2,800 yenes en habitación de 16 personas, la ventaja de este
hostal es que las camas son tipo cápsula con televisión y todo, muy cómodo y de
buenas instalaciones. Quedé muerto después del día tan ajetreado, sobre todo
por los transportes.