miércoles, 8 de marzo de 2017

Nom Pen, una capital de contrastes

Decir adiós a Vietnam fue difícil, aunque conocí poco de este país, fue increíble! Este día fue dedicado únicamente a viajar entre Ho Chi Minh y Nom Pen, capital de Camboya. En el hostal nos vendieron el pasaje por alrededor de 10 USD. Trámites fronterizos de costumbre, pagar la VISA 30 USD por una entrada y sin percances.

Se nota inmediatamente el cambio al llegar a Camboya, las carreteras descuidadas y la pobreza se ve durante todo el recorrido. Llegamos a Nom Pen alrededor de las 6:00 pm y el chofer muy amablemente nos permitió bajar a un par de cuadras de nuestro hostal (amo google maps!) el Mad Monkey que por 10 USD por persona nos ofreció habitación privada con baño compartido. El hostal bien, con un agradable bar en la entrada, muy buen ambiente. Cenamos de lo más rico por 6 USD y a dormir.

Recorrido por Nom Pen

En la mañana (alrededor de las 8 am) contratamos un Tuk Tuk para que nos llevara al Choeung Ek, el Centro de Genocidio en el cual los Khmer Rouge desaparecieron a una cuarta parte de la población de Camboya. Debo decir que, aunque no hay demasiado en pie, la experiencia es terrible, la audio guía te va contando punto a punto las atrocidades cometidas por Pol Pot.

Debajo de estos tumultos se encuentran restos humanos

Vas pasando entre la tristeza, el horror y al final el coraje, no entiendo cómo un ser humano puede ser capaz de causar tanto dolor a una nación entera. El final del recorrido es el memorial con los restos de miles de camboyanos ejecutados. Nos debería servir para recordar.

Memorial

El Tuk tuk nos regresó a nuestro hostal alrededor de las 11 am, desayunamos algo ligero y partimos rumbo al Tuol Sleng, el Museo del Genocidio, el cual se encuentra dentro de una cárcel en donde eran apresados los “criminales” en contra del régimen. Otra experiencia aterradora, las celdas, las fotografías y objetos expuestos en él te parten el corazón. Definitivamente es una experiencia de vida, similar a visitar Auschwitz, un lugar al que debes ir pero al que no te quedan ganas de regresar.

Celdas


Caminamos alrededor de 30 minutos para llegar al mercado central, en sí, lo que vale es la construcción pues dentro todo está demasiado “acomodado” para tratarse de un mercado, hay venta de diversos artículos como ropa y accesorios, no me gustó.

Mercado central

Continuamos hacia el norte rumbo al Wat Phnom, un templo muy bello que se encuentra en la cima de un montecito a 27 metros del suelo. Hay murales que representan la versión camboyana del Ramayana (Reamker) y está dentro de la lista de los 1000 lugares que ver antes de morir.

Wat Phnom



Ahora fuimos hacia el sur para visitar el Museo Nacional, un edificio con una colección importante de esculturas, objetos y todo tipo de artefactos de la historia camboyana, hay varias piezas hermosas pero cuidado con una señora que “da” velas o inciensos pues los cobra en dólares jejeje. Muy recomendable para conocer más de la historia de este lugar.

Museo Nacional



La cereza del pastel llegó, el Palacio Real de Camboya, un lugar muy bello rodeado de tanta pobreza, donde vive el rey de este país y con una colección importante de templos, pagodas y esculturas que no se pueden perder.




Ya de regreso al hostal pasamos en la glorieta del monumento a la Independencia y a cenar.

Monumento a la Independencia


Esta capital me dejó con un sabor amargo, aunque la experiencia es única y aprendí mucho. Por un lado existe la historia sangrienta y demasiado triste de la crueldad humana, junto a calles y personas en pobreza extrema, por el otro lado tenemos una historia hermosa y la opulencia de sus calles principales y del Palacio Real. Un momento único, ver a las orillas del río Mekong a unos niños divirtiéndose de lo lindo, nadando en las aguas tan sucias pero con una de las más bellas sonrisas.

Regalo del viaje

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